Vistas de página en total

domingo, 1 de septiembre de 2013

Padre Pío de Pietrelcina Profecias

El Padre Pío de Pietrelcina, cuyo nombre era Francesco Forgione, nació el 25 de mayo de 1887 en Pietrelcina, al sur de Italia. Desde muy niño sintió la llamada del sacerdocio y a los 16 años es aceptado en el convento de Morcone como novicio, consagrándose como sacerdote en 1910 en la Catedral de Benavento. A partir del año 1911 comienza a padecer los estigmas o pasionarios que le acompañarán hasta el día de su muerte, el 22 de septiembre de 1968 en san Giovanni Rotondo.
Además de los estigmas, el Padre Pío fue reconocido por otros dones como su capacidad de leer conciencias, curaciones, bilocaciones, perfume que emanaba de sus heridas y profecías.
Fue beatificado el 2 de mayo de 1999 y canonizado el 16 de junio de 2002 por Juan Pablo II con el nombre de San Pío Pietrelcina.

 Supuesto mensaje de Jesucristo recibido por el Padre Pío:
 "Precedido de tormentas, vientos desencadenados y terribles terremotos, que abrirán la Tierra y la harán temblar, Yo vendré una noche, durante los fríos meses de invierno, a este mundo cargado de pecados: Rayos y centellas, salidos de incandescentes nubes, encenderán y reducirán a cenizas todo lo que está contaminado por el pecado. La destrucción será total. El aire envenenado de gases sulfurosos y levantando asfixiantes humaredas, será llevado a grandes distancias por las ráfagas del viento".
"Las obras levantadas por el hombre con espíritu loco y atrevido de adoración a sí mismo, queriendo demostrar su ilimitado poder, serán aniquiladas. Entonces la raza humana comprenderá que hay una voluntad muy superior a la suya, que destruirá sus vacíos alardes de vanagloria. Rápidamente, cerrar vuestras puertas y ventanas, tapar toda vista del mundo exterior durante el más terrible de los acontecimientos; no profanéis vuestra vista con miradas curiosas porque Santa, Santa es la ira de Dios. La Tierra será purificada para vosotros, los restos del fiel rebaño".

"Encomendaos a la protección de mi Santísima Madre; no os desaniméis a pesar de lo que viereis y oyereis; es una ficción del infierno que no os podrá hacer ningún daño. Cobijaos en constantes oraciones bajo la protección de mi cruz e invocar a los ángeles de vuestras almas. Luchad con confianza en mi eterno amor y no dejéis que se levanten en vosotros dudas acerca de vuestra salvación. Cuanto más firme y perseverantemente permanezcáis en mi amor, tanto más seguramente os defenderé contra todo daño. Luchad por las almas amadas de mi corazón".

"Perseverad por una noche y un día y por una noche y un día, y a la siguiente noche se calmarán los terrores. . . al amanecer del próximo día el sol brillará otra vez y su calor y su luz disiparán los horrores de la oscuridad. Aceptad la nueva vida con humilde gratitud. Vividla con sencillez y gratitud en paz y amor, según mi intención. Orad y sacrificaos para que vuestro sacrificio produzca abundantes frutos de bendición y para que florezca una raza nueva que alegre vuestros corazones".

"El mundo os llamará fanáticos, locos y criaturas miserables; amenazarán haceros vacilar en vuestra constancia con su elocuencia engañosa. Y los tramposos intrigantes del infierno intentarán ganaros con sus astutos engaños. Luchad con humildad y silencio; combatir con las almas de las buenas obras; oración, sacrificios y con la convicción interior del deber. Buscad refugio en la Madre de la Gracia, para que el flagelo inevitable resulte una victoria sobre el infierno y para que mis ángeles puedan dar la bienvenida en las eternas venturas del Padre a las ovejas penitentes".



 Parte del testamento del Padre Pío dado a conocer por los Padres Franciscanos:

"La hora del castigo está próxima, pero yo manifestaré mi misericordia.
Nuestra época será testigo de un castigo terrible. Mis ángeles se encargarán de exterminar a todos los que se ríen de mí y no creen a mis profetas. Huracanes de fuego serán lanzados por las nubes y se extenderán sobre toda la tierra.

¿Temporales?, Tempestades, truenos, lluvias ininterrumpidas, terremotos cubrirán la tierra. Por espacio de tres días y tres noches una lluvia ininterrumpida de fuego seguirá entonces, para demostrar que dios es el dueño de la creación.

Los que creen y esperan en mi palabra no tendrán nada que temer, porque yo no los abandonaré, lo mismo que los que escuchen mis mensajes. Ningún mal herirá a los que están en estado de gracia y buscan la protección de mi madre.

A vosotros, preparados a esta prueba, quiero dar señales y avisos. La noche será muy fría, surgirá el viento, se harán... Y truenos.

Cerrad todas las puertas y ventanas. No habléis con ninguna persona fuera de la casa. Arrodillaos ante vuestro crucifijo. Arrepentíos de vuestros pecados. Rogad a mi madre, para obtener su protección. No miréis hacia fuera mientras la tierra tiembla, porque el enojo de mi padre es santo. La vista de su ira no la podríais soportar vosotros.

Los que no presten atención a esta advertencia, serán abandonados e instantáneamente matados por el furor de la cólera divina.

El viento transportará gases envenenados que se difundirán por toda la tierra.

Los que sufran inocentemente serán mártires y entrarán en mi reino.

Después de los castigos, los ángeles bajarán del cielo y difundirán el espíritu de paz sobre la tierra.

Un sentimiento de inconmensurable gratitud se apoderará de los que sobrevivan a esta terrible prueba.
Rezad piadosamente el rosario, en lo posible en común o solos.
Durante estos tres días y tres noches de tinieblas, podrán ser encenidas sólo las velas bendecidas el día de la candelaria (2 de febrero) y darán luz sin consumirse".

No hay comentarios:

Publicar un comentario